Un emperador mongol, en el siglo XIII, sueña un palacio y lo edifica conforme a la visión; en el siglo XVIII, un poeta inglés que no pudo saber que esa fábrica se derivó de un sueño, sueña un poema sobre el palacio.
¨Confrontadas con esta simetría, que trabaja con almas de hombres que duermen y abarca continentes y siglos, nada o muy poco son, me parece, las levitaciones, resurrecciones y aparaciones de los libros piadosos. El resto, elegir creer que fue una coincidencia del azar o que, efectivamente, el movimiento de alas de una mariposa lejana sí puede producir algún tipo de efecto al otro lado, es algo que corresponde a cada uno.¨ Jorge L. Borges.
Del palacio sólo quedaron ruinas y del poema apenas pudieron rescatarse 50 versos. Borges, Byron y otros muchos quedaron encandilados por este caso.

Samuel Taylor Coleridge escribe que se había retirado a una granja en el confín de Exmoor; una indisposición lo obligó a tomar un hipnótico; el sueño lo venció momentos después de la lectura de un pasaje de Purchas, que refiere la edificación de un palacio por Kublai Khan, el emperador cuya fama occidental labró Marco Polo. En el sueño de Coleridge, el texto casualmente leído procedió a germinar y a multiplicarse; el hombre que dormía intuyó una serie de imágenes visuales y, simplemente, de palabras que las manifestaban; al cabo de unas horas se despertó, con la certidumbre de haber compuesto, o recibido, un poema de unos trescientos versos. Los recordaba con singular claridad y pudo transcribir el fragmento que perdura en sus obras. Una visita inesperada lo interrumpió y le fue imposible, después, recordar el resto. "Descubrí, con no pequeña sorpresa y mortificación -cuenta Coleridge- que si bien retenía de un modo vago la forma general de la visión, todo los demás, salvo unas ocho o diez líneas sueltas, había desaparecido como las imágenes en la superficie de un río, en el que se arroja una piedra, pero, ay de mí, sin la ulterior restauración de estas últimas."...
El poeta soñó en 1797 (otros entienden que en 1798) y publicó su relación del sueño en 1816, a manera de glosa o justificación del poema inconcluso. Veinte años después, apareció en París,fragmentariamente, la primera versión occidental de una de esas historias universales en que laliteratura persa es tan rica, el Compendio de Historias de Rashid ed Din, que data del siglo XIV. En una página se lee: “Al este de Shang tu, Kubla Khan erigió un palacio, según un plano que había visto en un sueño y que guardaba en la memoria”.
Quien esto escribió era visir de Ghazan Mahmud,que descendía de Kubla."Un emperador mogol, en el siglo XIII, sueña un palacio y lo edifica conforme a la visión; en el sigloXVIII, un poeta inglés que no pudo saber que esa fábrica se derivó de un sueño, sueña un poemasobre el palacio. Confrontadas con esta simetría, que trabaja con almas de hombres que duermen yabarca continentes y siglos, nada o muy poco son, me parece, las levitaciones, resurrecciones yapariciones de los libros piadosos."A partir de allí, Borges comienza un ensayo sobre las repeticiones, las traslaciones y la circularidaddel tiempo. Pimero se pregunta que explicación conviene a esto hechos (una sobrenatural o unaracional). Por supuesto, podría tratarse de coincidencias o del azar del universo. Es válida, pero estaidea nos deja mirándonos al espejo con el dentrífico vacío."¿Qué explicación preferiremos? Quienes de antemano rechazan lo sobrenatural (yo trato, siempre,de pertenecer, a ese gremio) juzgarán que la historia de los dos sueños es una coincidencia, un dibujo trazado por el azar, como las formas de leones o de caballos que a veces configuran las nubes. Otros argüirán que el poeta supo de algún modo que el emperador había soñado el palacio y dijo haber soñado el poema para crear una espléndida ficción que asimismo paliara o justificara lo truncado y rapsódico de los versos. Esta conjetura es verosímil, pero nos obliga a postular, arbitrariamente, un texto no identificado por los sinólogos en el que Coleridge pudo leer, antes de 1816, el sueño de Kubla. Más encantadoras son las hipótesis que trasciende o racional. Por ejemplo, cabe suponer que el alma del emperador, destruido el palacio, penetró en el alma de Coleridge para que éste lo reconstruyera en palabras, más duraderas que los mármoles o los metales¨.
En Xanadú, Kubla Khan ordenó levantar un majestuoso palacio; allí donde Alph, el río sagrado, corre a través de mil cavernas, desembocando en un mar abandonado por el sol. Dos veces cinco millas de tierra fértil, por murallas y torres eran circundada; y allí veíanse jardines surcados por brillantes arroyos, en los que florecían filas de árboles perfumados, y bosques tan apretados como montañas, encerrando en su seno verdes pasajes sonrientes.
¡Aquella profunda y romántica quebrada que se adentra en la verde colina, a la sombra de los cedros! ¡Paisaje agreste! ¡Encantado y beatificado como si en otra época, bajo la luna moribunda, alguna dama hubiese venido a llorar por su demonio amante! Y de esta quebrada, creciendo en incesante gemido, como si la tierra respirase hondo, brotase por momentos una fuente tumultuosa; cuyas lenguas inciertas escupen fragmentos como granizo o granos que saltan bajo el saco de trigo, y en medio de estas danzantes rocas, junto a ellas, saltaba hacia los aires el río sagrado. Durante cinco millas, por un laberinto trazado, entre bosques y valles corría el río sagrado, antes de entrar en las cavernas al hombre inmensurable y de hundirse tumultuosa en un océano muerto. En medio de este tumulto, Kubla oyó en la distancia las voces ancestrales que predecían la guerra. (Fragmento).
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