![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiIfWB27pWt0M8p0UdjbQ1NpJwuEUxRcoqpBOXOqCetzp18bkW0BFEb46MeOrvEqxG-DpUdBf9ReJsfXtmiNEqurKGQhOqbR2Hh1UvLvNESf59rbybNP0aIMQrKHwJi-NTtXmBddTlXjKo/s320/demian.jpg)
No puedo adjudicarme el título de sabio. He sido un hombre
que busca, y aún lo sigo siendo; pero ya no busco en las estrellas y en los
libros, sino que comienzo a escuchar las enseñanzas que me comunica mi sangre.
Mi historia no es agradable, no es dulce y armoniosa como las historias
inventadas. Tiene un sabor a disparate y a confusión, a locura y a sueño, como
la vida de todos los hombres que ya no quieren seguir engañándose a sí mismos.
La vida de todo hombre es un camino hacia sí mismo, el
intento de un camino, el esbozo de un sendero. Ningún hombre ha llegado a ser
él mismo por completo; sin embargo, cada cual aspira a llegar, los unos a
ciegas, los otros con más luz, cada cual como puede. Todos llevan consigo,
hasta el fin, los restos de su nacimiento, viscosidades y cáscaras de huevo de
un mundo primario. Unos nunca llegan a ser hombres; se quedan en rana,
lagartija u hormiga. Otros son mitad hombre y mitad pez. Pero cada uno es un
impulso de la Naturaleza hacia el hombre. Todos tenemos orígenes comunes: las
madres; todos procedemos del mismo abismo; pero cada uno tiende a su propia
meta, como un intento y una proyección desde las profundidades. Podemos
comprendernos los unos a los otros, pero sólo a sí mismo puede interpretarse
cada uno..."
No hay comentarios:
Publicar un comentario